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Lanzamiento en el contexto del alquiler de una vivienda

En el ámbito del arrendamiento de viviendas o locales comerciales en España, el término “lanzamiento” hace referencia al acto judicial mediante el cual se lleva a cabo el desalojo forzoso del inquilino o arrendatario de un inmueble. Esta medida extrema tiene lugar cuando el arrendatario no ha cumplido con las obligaciones estipuladas en el contrato, siendo la causa más habitual el impago de la renta o el incumplimiento de otras cláusulas acordadas, como daños en el inmueble o uso indebido del mismo.

El lanzamiento es la última fase del procedimiento de desahucio, un proceso legal que está regulado por la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), especialmente en sus artículos 440 y siguientes.

¿Cómo se llega a un lanzamiento?

Impago o incumplimiento del contrato:
Cuando el arrendatario deja de pagar la renta o incumple el contrato, el arrendador (dueño del inmueble) tiene derecho a iniciar un procedimiento de desahucio. El lanzamiento es la ejecución forzosa en la recuperación de la posesión (las llaves) del inmueble
Ejemplo: Si un inquilino lleva varios meses sin pagar el alquiler de un piso, el propietario puede acudir al juzgado (presentar una demanda de desahucio)  para exigir la recuperación del inmueble.

Demanda de desahucio:
El arrendador presenta una demanda ante el juzgado, solicitando el desalojo del inquilino. El juzgado notificará al inquilino la demanda y le dará un plazo (10 días) para pagar o desalojar voluntariamente.

Sentencia judicial:
Si el inquilino no regulariza su situación (por ejemplo, pagando las cantidades adeudadas), el juez dictará sentencia a favor del arrendador, ordenando el desahucio.

Lanzamiento (desalojo forzoso):
Si el inquilino se niega a abandonar el inmueble tras la sentencia, se fija una fecha para el lanzamiento, en la cual se procede al desalojo forzoso, generalmente con la intervención de un representante judicial y, en determinadas ocasiones, de las fuerzas de seguridad.

Ejemplos sencillos de lanzamiento

Lanzamiento en una vivienda:
Imaginemos que un inquilino vive en un piso alquilado, pero lleva seis meses sin pagar el alquiler. El propietario, tras varios intentos fallidos de llegar a un acuerdo, decide presentar una demanda de desahucio. El juzgado le notifica al inquilino que debe abandonar la vivienda o ponerse al día con los pagos. Al no hacerlo, el juez dicta el lanzamiento y se fija un día para el desalojo.

Lanzamiento en un local comercial:
Una persona alquila un local para abrir una tienda, pero debido a dificultades económicas, deja de pagar la renta durante varios meses. El dueño del local interpone una demanda de desahucio y, al no llegar a una solución, se procede al lanzamiento, recuperando así el propietario su local para alquilarlo de nuevo o darle otro uso.

Aspectos legales y consecuencias

Proceso regulado por la ley: El lanzamiento no es un acto arbitrario; debe ser ordenado por un juez en el marco de un proceso judicial.

Intervención de las autoridades: El lanzamiento puede contar con la presencia de funcionarios judiciales y policía para garantizar que se cumpla la orden de desalojo.

Consecuencias para el inquilino: Además de perder el derecho a usar la vivienda o local, el inquilino puede ser condenado a pagar las deudas pendientes, los gastos judiciales y las costas del procedimiento.

Importancia de cumplir con el contrato de arrendamiento

El contrato de arrendamiento es un acuerdo legal que protege tanto al arrendador como al arrendatario. Para evitar situaciones como el lanzamiento, es fundamental que ambas partes cumplan con sus obligaciones:

El arrendador debe entregar la vivienda en buenas condiciones.

El arrendatario debe pagar la renta puntualmente y cuidar el inmueble como si fuera propio.

Resumen

El lanzamiento es la ejecución forzosa del desalojo de un inquilino que no ha cumplido con sus obligaciones, principalmente el pago del alquiler. Es la última etapa del proceso de desahucio, siempre bajo el control de un juez y regulado por la Ley de Enjuiciamiento Civil.

Para evitar llegar a esta situación, es esencial que el inquilino y el propietario respeten las condiciones del contrato y busquen soluciones amistosas en caso de dificultades.