Daños por actos vandálicos
Los daños por actos vandálicos en una vivienda son aquellos desperfectos o deterioros que se producen de manera intencionada o por negligencia, con la finalidad de afectar la integridad del inmueble. No se incluyen en esta definición los desgastes derivados del uso habitual de la vivienda, sino aquellos daños originados por una acción deliberada o una omisión con conocimiento del posible perjuicio.
Estos daños pueden afectar tanto a la estructura del inmueble, como paredes, suelos, techos y ventanas, como a sus elementos interiores, tales como puertas, instalaciones eléctricas, tuberías o mobiliario. Los actos vandálicos pueden ser cometidos por terceros sin relación con la vivienda o por personas que tienen acceso a ella, como inquilinos, visitantes o trabajadores.
Ejemplos de daños por actos vandálicos
Ejemplo 1: Deterioro en una vivienda vacía
Un propietario tiene su vivienda desocupada durante un tiempo. En su ausencia, personas acceden sin permiso al inmueble y generan daños en las paredes, rompen ventanas y deterioran el mobiliario. En este caso, los desperfectos se consideran daños por actos vandálicos, ya que han sido provocados de manera intencionada.
Ejemplo 2: Daños ocasionados por un inquilino
Un inquilino reside en una vivienda alquilada y, al finalizar el contrato de arrendamiento, deja la propiedad con diversos desperfectos, como puertas rotas, paredes dañadas por impactos y grifos arrancados. Dado que estos daños no son consecuencia del uso ordinario de la vivienda, sino que han sido generados por una acción específica, se consideran daños por actos vandálicos.
Ejemplo 3: Daños en zonas comunes de un edificio
En un edificio de viviendas, se producen daños en el portal, como la rotura de cristales, pintadas en las paredes y la manipulación de los ascensores para dejarlos fuera de servicio. Estos desperfectos también se consideran daños por actos vandálicos, ya que han sido provocados con intención de alterar o deteriorar los elementos del edificio.
Diferencia entre daños por actos vandálicos y desgaste por uso
Los daños por actos vandálicos se caracterizan por ser el resultado de una acción intencionada o negligente, mientras que el desgaste por uso se refiere al deterioro natural que ocurre con el tiempo y el uso habitual de la vivienda.
Por ejemplo, una pared que pierde color debido al paso del tiempo o un suelo que muestra marcas de desgaste debido al tránsito frecuente no se consideran daños por actos vandálicos, sino efectos del uso normal de la vivienda. En cambio, si una pared es dañada con pintadas o un suelo es rayado con un objeto punzante de manera deliberada, se trataría de un acto vandálico.
Consideraciones sobre la cobertura de seguros
Algunas pólizas de seguros de hogar pueden incluir coberturas específicas para daños por actos vandálicos, ya sea que estos sean ocasionados por terceros o por inquilinos en el caso de viviendas alquiladas. La cobertura y los requisitos para su aplicación varían en función de cada aseguradora y de las condiciones establecidas en el contrato.
Normativa relacionada con actos vandálicos
En España, los daños ocasionados por actos vandálicos pueden estar regulados por diversas normativas, dependiendo del contexto en el que se produzcan. En el ámbito de los contratos de arrendamiento, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece las responsabilidades del arrendatario y del arrendador en cuanto al estado de conservación de la vivienda. En el ámbito penal, determinados actos de vandalismo pueden estar tipificados en el Código Penal, especialmente si afectan a bienes ajenos.
Conclusión
Los daños por actos vandálicos son aquellos desperfectos ocasionados con intención de afectar la integridad de un inmueble. No se incluyen en esta categoría los deterioros derivados del uso ordinario de la vivienda, sino aquellos daños generados por una acción específica con conocimiento del posible perjuicio. En función de las circunstancias, estos daños pueden estar cubiertos por seguros de hogar o regulados por la normativa aplicable.