Avalista
El avalista es una persona física (por ejemplo, un familiar o un amigo) o una entidad jurídica (como una empresa o un banco) que se compromete legalmente a responder por una deuda ajena si la persona que la ha contraído no cumple con su obligación de pago. En el contexto del arrendamiento de vivienda en España, el avalista actúa como garante del pago del alquiler por parte del inquilino. Esto significa que, si el arrendatario deja de pagar la renta, el propietario podrá reclamar ese dinero directamente al avalista, quien tendrá la obligación de abonarlo.
Este compromiso se formaliza mediante un contrato de aval, que puede integrarse en el propio contrato de arrendamiento o presentarse como un documento adicional. Al firmar dicho contrato, el avalista asume una responsabilidad subsidiaria, es decir, solo será requerido a pagar si el inquilino no lo hace. No obstante, en algunos casos se puede establecer que la responsabilidad sea solidaria, lo que permitiría al arrendador exigir el pago indistintamente al inquilino o al avalista.
¿Por qué se solicita un avalista?
Los propietarios suelen pedir un avalista cuando el inquilino no ofrece suficientes garantías económicas, como por ejemplo:
- No tiene contrato indefinido.
- Tiene ingresos bajos o inestables.
- Es joven o estudiante y no cuenta con historial de solvencia.
Ejemplo 1.
Imaginemos que Laura, una joven estudiante, quiere alquilar un piso en Madrid, pero no trabaja ni tiene ingresos regulares. El propietario le solicita entonces un avalista para firmar el contrato. Su padre, que sí tiene un empleo estable, acepta ser su avalista. Esto significa que si Laura deja de pagar el alquiler, el arrendador podrá reclamarle el dinero directamente al padre.
Ejemplo 2.
Una pareja desea alquilar un piso en Valencia, pero uno de los miembros está en situación de desempleo. Para garantizar el pago del alquiler, el propietario les exige un aval. La empresa donde trabaja la pareja ofrece actuar como avalista solidario. En este caso, el propietario podría dirigirse directamente contra la empresa (avalista) si se produce un impago, sin necesidad de reclamar antes a los inquilinos.
Consideraciones legales
En España, el aval implica una obligación firme. Es decir, no se trata de una promesa informal, sino de un compromiso legal que puede dar lugar a embargos o demandas judiciales si el avalista no cumple. Por eso, antes de aceptar ser avalista, es muy importante conocer bien las condiciones del contrato y tener claro el nivel de riesgo asumido.
Conclusión
El avalista es una figura clave en muchos contratos de alquiler, especialmente cuando el inquilino no dispone de recursos suficientes para ofrecer garantías por sí mismo. Al actuar como respaldo, el avalista da confianza al arrendador y facilita el acceso a la vivienda del arrendatario. Sin embargo, el compromiso que asume no debe tomarse a la ligera, ya que puede suponer una responsabilidad financiera directa en caso de incumplimiento.
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