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Alojamiento de corta duración

El alojamiento de corta duración es una forma de hospedaje en la que una persona ocupa un inmueble, una parte de él o un espacio destinado a uso residencial por un período limitado, normalmente inferior a 30 días. A diferencia del arrendamiento tradicional, este tipo de alojamiento no genera una relación estable ni prolongada entre las partes, y suele ir ligado a fines turísticos, profesionales o personales de corta estancia. Se ofrece habitualmente a través de hoteles, hostales, viviendas turísticas o plataformas digitales que permiten alquilar habitaciones o pisos por días o semanas.

Diferencias entre alquiler turístico y arrendamiento tradicional

Uno de los aspectos clave que distingue el alojamiento de corta duración del arrendamiento es la finalidad y la temporalidad. Mientras que el arrendamiento se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos y tiene un objetivo residencial estable, el alojamiento de corta estancia se regula, en la mayoría de los casos, por normativas turísticas autonómicas.

Esto implica diferencias importantes:

  • Registro obligatorio en muchas comunidades autónomas, especialmente si se trata de viviendas de uso turístico.
  • Servicios complementarios incluidos, como limpieza, sábanas, wifi o atención al cliente.
  • Facturación como actividad económica, lo que implica obligaciones fiscales y, en algunos casos, la necesidad de alta en el régimen de autónomos.

Ejemplos prácticos de alojamiento de corta duración

Alquiler de habitación en vivienda habitual

Una persona alquila una habitación de su piso a turistas durante el fin de semana a través de una plataforma digital. Aunque no se celebra un contrato de arrendamiento residencial, sí debe respetar la normativa local sobre viviendas turísticas. En algunos municipios, es obligatorio comunicar esta actividad al ayuntamiento y cumplir requisitos técnicos, como tener una licencia, instalar un extintor o mantener las condiciones de habitabilidad.

Local comercial transformado en apartamento turístico

El propietario de un local en planta baja lo reforma para ofrecerlo como apartamento turístico en una zona costera. Para legalizar este uso, deberá obtener el cambio de uso urbanístico, cumplir las condiciones mínimas de habitabilidad exigidas por la normativa regional y registrarse como establecimiento turístico, si así lo requiere la legislación autonómica.

Recomendaciones para evitar conflictos legales

  • Consultar la normativa autonómica y municipal antes de destinar un inmueble al alojamiento de corta duración.
  • Comprobar los estatutos de la comunidad de propietarios, ya que en muchas comunidades se limita o prohíbe el uso turístico de las viviendas.
  • No improvisar contratos: siempre es recomendable redactar un documento claro donde se especifiquen los días de estancia, el precio, los servicios incluidos y las normas de la casa, los horarios de entrada y salida, etc.
  • Informar a Hacienda y cumplir con las obligaciones fiscales, especialmente si se perciben ingresos de forma habitual o por varias reservas al mes.

El alojamiento de corta duración puede ser una opción rentable, pero debe gestionarse con responsabilidad y dentro del marco legal para evitar sanciones y conflictos vecinales.

Sinónimos de alojamiento de corta duración

Estancia temporal, alquiler turístico, hospedaje breve, arrendamiento vacacional, residencia corta, alquiler de corta estancia.