En SEAG nuestra misión es ahorrarle los miedos al propietario para un alquiler seguro. Cuando alguien pone en alquiler un inmueble, se expone indudablemente a algunos riesgos, y nosotros apaciguamos esas posibles problemáticas con los servicios que cubrimos. Estos miedos se resumen en tres grupos: miedo al impago de alquiler, los destrozos que se puedan producir y la incertidumbre a nivel legal, esto es, aparición de nuevas leyes o actualizaciones, lo que viene siendo el miedo a no entender cómo funciona el sistema, algo que nosotros cubrimos a través de la asesoría.
Creemos que existe un desequilibrio entre el estatus del inquilino y el del propietario, una situación en la que, en general, el primero tiene muchos derechos y el segundo muchas obligaciones. En ningún momento criticamos que el alquilado tenga esta protección, evitando que se produzcan situaciones de abuso, asimismo observamos que una cosa no debería excluir la otra, y el propietario debería también estar protegido de posibles problemáticas. Empresas como un seguro de alquiler y alternativas como SEAG existen justamente para garantizar esto.
En SEAG hacemos esto en los diferentes estadios del proceso de alquiler. Para empezar, te ayudamos a seleccionar un inquilino, comprobando su solvencia para reducir las posibilidades de que cometa un impago de alquiler. Asimismo, es cierto que no es fácil prever esto. No existe un perfil típico de moroso, se pueden dar varias circunstancias, como por ejemplo la pérdida repentina de ingresos del inquilino. Por más que te presenten buenas nóminas, sobre todo hoy a causa de la pandemia, puede ser que el alquilado se quede sin trabajo o sea puesto en ERTE.
Otra cosa que puede pasar es que el impago sea producto de un acto de rebeldía, esto es, que el inquilino simplemente decida dejar de pagar, aunque disponga de ingresos, dejando al propietario en la estacada. Hay algunos inquilinos que lo hacen por desavenencia, porque por ejemplo el propietario prometió arreglar algo y no lo hizo, aunque hay quienes sencillamente optan por no pagar la renta, algo que nos hemos encontrado repetidas veces en nuestras oficinas.
Luego esto último es muy difícil de identificar, aunque existen algunos detalles que pueden ser indicadores de que el inquilino procederá a la morosidad a los pocos meses de entrar a vivir en la vivienda. Hay que tener cuidado con los que dicen que pagará por adelantado varios meses o hasta un año, o aquellos que tienen demasiada urgencia por mudarse, y tenerlo todo rápidamente firmado. Asimismo, ninguna de estas cosas es un indicador 100% fiable de que el inquilino dejará de pagar la renta, ya que se pueden producir por otras circunstancias. Por eso en SEAG apostamos por prevenir estos casos, garantizando a los propietarios la tranquilidad y los ahorros, porque ya dicen que más vale prevenir que curar.