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Alquiler seguro: ¿Qué se le puede prohibir a un inquilino al alquilarle un piso?

Los propietarios de inmuebles pueden establecer una serie de prohibiciones o limitaciones a la hora de alquilar una vivienda. Ahora bien, no todo lo que se establece en un contrato de alquiler de viviendas es legal. En estos casos se habla de cláusulas abusivas que pueden considerarse como nulas. A continuación, te explicamos qué es lo que se puede prohibir en un contrato de alquiler para que no tengas problemas en el futuro. ¡Sigue leyendo para informarte!

¿Se puede prohibir mascotas en un piso de alquiler?

Uno de los temas que genera más dudas tanto en propietarios como en inquilinos es el de las mascotas. Aunque la nueva Ley de Bienestar Animal reconoce a las mascotas como parte de la familia, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no establece una regulación específica sobre su presencia en viviendas alquiladas. Si el contrato prohíbe expresamente la tenencia de mascotas, el propietario podría reclamar al inquilino por los daños que estas causen en el inmueble. En cambio, si el arrendador permite animales en la vivienda, será más difícil exigir responsabilidades por los desperfectos que pudieran ocasionar. Ahora bien, se debe especificar correctamente. En este artículo te explicamos al detalle todo lo que necesitas saber sobre la prohibición de mascotas en un alquiler.

Se puede prohibir fumar en un piso de alquiler

Según la ley, un propietario puede prohibir fumar en su vivienda alquilada, ya que se trata de un acuerdo privado entre las partes. Aunque la LAU no menciona explícitamente el consumo de tabaco, el arrendador tiene derecho a establecer normas específicas para preservar el estado del inmueble. Ahora bien, para que la restricción sea válida y evitar conflictos es recomendable incluir una cláusula en el contrato. Un modelo de cláusula de prohibido fumar para el contrato de alquiler debe contener los siguientes puntos clave:

  • Prohibición expresa de fumar dentro de la vivienda y/o en zonas específicas.
  • Consecuencias del incumplimiento, como la posible rescisión del contrato o la retención de parte de la fianza si hay daños derivados del tabaco (malos olores, manchas, quemaduras en muebles o suelos, etc.).
  • Extensión de la prohibición, para que aplique también a invitados del inquilino.

Por supuesto, es importante que ambas partes firmen y acepten esta cláusula para que tenga validez legal. Ten en cuenta que si el contrato no menciona nada sobre fumar el inquilino puede hacerlo libremente dentro de la vivienda, siempre que no cause daños o molestias excesivas a terceros.

Se pueden prohibir las obras en un piso de alquiler

El tema de las obras es otro caso aparte, como ya hemos mencionado en alguna ocasión en SEAG. Como norma general debes saber que la vivienda debe ser devuelta tal y como se entregó, por lo que realizar obras sin el consentimiento del propietario está prohibido. Ahora bien, en algunos casos los inquilinos pueden negociar con el propietario la posibilidad de realizar alguna reforma para acomodar la vivienda a su gusto, a cambio de alguna mensualidad de alquiler o bien una reducción temporal de la renta (si le compensa al propietario), por supuesto, se debe pactar por escrito. En cuanto al color de las paredes, que es una de las dudas más habituales, el inquilino podría cambiarlo siempre que quiera (y sin avisar al propietario) con la condición de que al devolver la vivienda vuelva a pintarlas con el color original, ya que únicamente se trata de la apariencia y no afecta a la estructura —por supuesto, pueden haber pactos—. Es importante recalcar, en cualquier caso, que al igual que en el punto anterior todo debe estar especificado en una cláusula concreta.

Otras cosas que se pueden prohibir en un contrato de alquiler y las que no

En el contrato de alquiler se pueden (y se deben) especificar otras prohibiciones para que no haya problemas a posteriori, como la prohibición de realizar actividades ilegales o que generen molestias a los vecinos y al resto de inquilinos de una vivienda compartida, si es el caso. Pero también, la prohibición del subarriendo de la vivienda, que es una de las causas de conflictos entre arrendador y arrendatarios más comunes. Algunos ejemplos de prohibiciones legales son las siguientes:

  • Realizar actividades comerciales o profesionales (si el uso es exclusivamente residencial).
  • Subarrendar la vivienda o ceder el contrato a terceros sin autorización.
  • Realizar fiestas o actividades ruidosas que perturben a los vecinos.
  • Usar la vivienda para fines ilícitos (como actividades ilegales o fraudulentas).
  • Tener más personas viviendo en el inmueble de las establecidas en el contrato.
  • Instalar antenas, toldos o elementos exteriores sin permiso.

Por el lado contrario, también existen cosas que no se pueden prohibir en un contrato de alquiler. Como es lógico, existen derechos que el inquilino no puede perder, incluso si el contrato intentara limitarlos. Estos son algunos ejemplos de ello:

  • Cambiar cerradura para tener protección adicional.
  • Empadronarse en la vivienda alquilada. Es un derecho del inquilino y el propietario no puede negarse.
  • Recibir visitas o tener invitados (siempre que no se conviertan en ocupantes permanentes no autorizados).
  • Tener hijos o convivir con familiares. No se puede imponer restricciones sobre la estructura familiar del inquilino.
  • Denunciar al propietario por incumplimientos (como no hacer reparaciones obligatorias).
  • Ejercer derechos básicos, como la privacidad. El propietario no puede entrar sin consentimiento del inquilino.
  • Rescindir el contrato antes de tiempo sin causa justificada (salvo por impago o incumplimiento grave).
  • Prohibiciones que afecten al uso de la vivienda con normalidad y disfrutarla sin limitaciones más allá del uso razonable.

Por supuesto, en caso del incumplimiento de las prohibiciones el arrendador puede resolver el contrato, tal y como se especifica en el artículo 27 de la LAU (esta cláusula también aplica a la inversa, es decir, a cualquier de las partes que incumpla el contrato). Ahora bien, la resolución de un contrato por incumplimiento puede generar una serie de problemas significativos para el propietario, especialmente cuando se enfrenta a un impago de alquiler. El proceso legal de desahucio y reclamación de deudas puede ser largo, costoso y generar incertidumbre. Además, muchos propietarios temen que el impago de una cuota mensual afecte gravemente a sus finanzas y que, en caso de conflicto, el proceso judicial se alargue durante meses. Contar con un servicio de garantía con SEAG ofrece múltiples ventajas, ya que cubre el impago de las cuotas mensuales, proporciona protección jurídica para emprender la reclamación de la deuda de manera rápida y eficiente, y ofrece otros servicios que brindan seguridad y tranquilidad al propietario. De este modo, el arrendador puede evitar los riesgos innecesarios y asegurarse de que su inversión esté protegida ante cualquier problema con el inquilino.

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